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Homboldt se expresó de México así:
"México debe encontrarse, sin duda alguna, entre
las más hermosas ciudades que los europeos han fundado en
ambos hemisferios.
A excepción de Petersburgo, Berlín, Filadelfia
y algunos barrios de Westminister, apenas existe una ciudad de aquella
extensión que pueda compararse con la capital de la Nueva
España por el nivel uniforme del suelo que ocupa, por la
regularidad y anchura de sus calles, o por lo grandioso de las plazas
públicas. La arquitectura, en general, es de un estilo bastente
puro; hay también edificios bellísimos."
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